lunes, 28 de febrero de 2011

(...) Es como si me dividiera en dos entes dispares, contradictorios, independientes, uno que sabe de memoria su trabajo, que domina al máximo sus variantes y recovecos, que está seguro siempre de dónde pisa, y otro soñador y febril, frustradamente apasionado, un tipo triste que, sin embargo, tuvo, tiene y tendrá vocación de alegre, un distraído a quien no le importa por dónde corre la pluma ni qué cosas escribe la tinta azul que a los ocho meses quedará negra (...).





BENEDETTI, Mario. La tregua. [Barcelona]: Alfaguara, 1995.

No hay comentarios:

Publicar un comentario