Se suele producir el equívoco de envidiar a los gatos por el mero hecho comprobado de que poseen siete vidas. Es un error. Es sabido que el gato feliz es siete veces feliz, pero el gato desgraciado es, a su vez, siete veces desgraciado.
TRUEBA, David. Cuatro amigos. Barcelona: Anagrama, 1999
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