viernes, 11 de marzo de 2011

- No, me conformo con que me cuentes lo que quieres hacer con tu vida.
- Consumirla.
- ¿Cómo? -Fingió no haber oído bien.
- Gastármela, y cuando no quede nada, morirme en paz y dejar que los gusanos se coman lo menos posible. Yo soy un fracasado, lo reconozco. He fracasado en todo lo que he intentado, nada me ha salido bien porque para nada era lo suficientemente bueno. Usted tiene todo el dinero, la inteligencia y la sabiduría del mundo, se ha hecho a sí mismo, pues me parece estupendo, pero no venga a darme lecciones sobre cómo debo yo vivir mi vida porque eso es asunto mío. A lo mejor todo lo suyo no vale una mierda comparado con un rato de mi vida, por lo menos para mí.








TRUEBA, David. Cuatro amigos. Barcelona: Anagrama, 1999

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